martes, 28 de abril de 2015

Cuando los hijos no llegan ( la infertilidad es una cuestión que se vive en pareja)

Cuando los hijos no llegan


Esta circunstancia puede resultar muy difícil de sobrellevar

Personalmente he participado en reuniones, en donde se trata y se habla del tema con personas con enfermedades, o trastornos a la hora de concebir un hijo. 
Muchas veces, me fui de esas reuniones, con la sensación, que a las mujeres desde pequeñas nos programan, para ser madres, en nuestra vida adulta, pero nunca nos preparan para el momento, que tengamos que afrontar un tema como es el no poder formar una Familia.
Los Hombres directamente, no se los prepara en ninguna circunstancia,  en una sociedad machista, ese tema ni se debe tocar. Y la mayoría de las veces, si bien la mujer es quien pone el cuerpo, los problemas también pueden surgir de parte del varón.

Paloma y Rubén eran dos profesionales de mucho éxito. Juntos, viajaron por todo el planeta, apuraron hasta el último plan y, cuando hacia el final de la treintena, y después de más de una década saliendo, se plantearon que por fin era el momento de tener hijos en común, ese niño nunca llegó. Lo que le ocurrió a esta pareja de madrileños es lo que le ocurre muchos otros que, después de estar, probablemente, usando métodos anticonceptivos durante un largo tiempo, la mujer recibe de pronto la evidencia de que tiene problemas para quedarse embarazada. Experiencias como la vivida por este matrimonio se repiten cada vez más y suelen ser muy desagradables. «Las mujeres suelen reaccionar con tristeza y se sienten deprimidas. El deseo no realizado causa frustración, rabia, anhelo, culpa... La mujer que no puede tener hijos experimenta una gran sensación de pérdida», indican los doctores Juan Vidal Peláez, jefe de la Unidad de la Mujer del Ruber y Rafael Jiménez Ruiz, jefe del Servicio Unidad de la Mujer del mismo hospital en su libro «Ser mujer». Estas mujeres, corrobora la psicóloga Silvia Álava, de Álava Reyes, «pasan por una especie de duelo. Duelo no por el hijo perdido, sino por la ausencia del mismo. Y tienen que elaborar ese duelo».
El entorno tampoco no ayuda. Muchas mujeres que han pasado por esto confiesan haberse sentido presionadas, ya que familiares, amigos y conocidos, que a menudo desconocen la realidad de sus problemas, esperan el momento en que sean madres, y pueden hacer preguntas incómodas. Paloma cuenta como a ella le dolía cada vez que sus amigas madres le cuestionaban, y en ocasiones contestaba de forma incluso agresiva. «Sencillamente, no lo podía soportar», reconoce. Ella si que había confesado sus anhelos a sus más allegadas, pero era salir el tema y ponerse a la defensiva. «Me ponía enferma tener que dar explicaciones una y otra vez», dice. Por este motivo, tal y como explica la experta de Álava Reyes Consultores, «otras muchas parejas no lo cuentan,. Consideran que este es un tema tabú, y sufren cuando las personas que están a su alrededor y que desconoce la situación les interpelan al respecto. Nosotros en consulta lo que recomendamos es que vean con qué decisión se sienten más cómodos».

Hombre y mujer, diferentes duelos

En la mayoría de los casos, la infertilidad es una cuestión que se vive en pareja, de modo que, si bien la mujer y el hombre pueden encararlo de formas distintas o cada uno por su lado, nada será mejor que tratar de asimilarlo juntos y apoyarse mutuamente, según los especialistas. «El proceso es vivido de forma diferente por ambos. Esto no significa que al hombre no le duela. Solo quiere decir que el sufrimiento del varón y de la mujer es distinto. A ella se le junta el diagnóstico con que es ella la que se espera, que  quede embarazada. Y si encima opta por un tratamiento se suma el desajuste hormonal y el coste emocional y físico que este conlleva», explica Álava.

El camino hacia la recuperación

Aceptar el diagnóstico es el primer paso para la recuperación psicológica, aunque el hecho de aceptarlo, sea cual sea el origen de la infertilidad (asociado a la mujer, al hombre, o mixto), se convierte a veces en una tarea complicada. «La mujer suele necesitar hablar con otras personas del problema que afronta, en ocasiones estableciendo contactos con otras mujeres, y eso es positivo hacia la recuperación», apunta Jiménez Ruíz. Una buena forma de empezar esa mejoría es acudir a terapia. El consejo que hace Álava a las parejas que no pueden tener hijos es que «se puede aprender a ser feliz pese a las circunstancias». Es verdad, admite, «que ese reaprendizaje no es fácil, y pasa por aceptar esa pérdida, y reprogramar la vida mediante la reelaboración de todo el proyecto vital anterior. Normalmente las familias tenían una idea proyectada, se habían comprado una casa con determinadas habitaciones, habían optado por un modelo de coche, habían hablado de la educación que querían dar a la prole... Hay que reajustar la totalidad del proyecto, que estaba enfocado a cómo iba a ser su vida cuando llegaran esos niños. Es un tema que se debe enfocar con máxima delicadeza».
Fuente:
 ABC, Familia
Concebir Asociación Civil


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Editoriales del Sur
Lic. en Periodismo 
La Gata Maya  29 de Abril 2015
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